LO ÚLTIMO EN EL BLOG ¡FELIZ PASCUA FLORIDA! La Pascua es un gran Domingo de domingos. Desde el Domingo de Resurrección hasta el Domingo de Pentecostés. ADEMÁS... Nuestro compañero Pablo nos cuenta en unas líneas cómo ha sido el último encuentro Pro Vida en el que han participado diversos miembros del Movimiento Familiar Cristiano de León
Mostrando entradas con la etiqueta SEMANA SANTA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta SEMANA SANTA. Mostrar todas las entradas

martes, 18 de abril de 2017


La Pascua es un gran Domingo de domingos. Desde el Domingo de Resurrección hasta el Domingo de Pentecostés. Un gran domingo que dura 50 días, un gran domingo en el que la alegría por Cristo Resucitado nos desborda.

martes, 26 de marzo de 2013




Queridas familias.

Estamos en Semana Santa , la semana, más grande para los cristianos, la celebración de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Podemos vivir esta semana de dos maneras: una hacia fuera, y la otra hacia adentro. La primera, es tiempo de procesiones, de bullicio en las calles, en ocasiones perdiendo de vista cual es el centro de la semana. Y la segunda, es en la que las celebraciones litúrgicas, tan ricas de signos y símbolos, nos adentran en el misterio salvador de Cristo.
Parece que nuestro recogimiento interior, nuestra oración, es más fértil, más fluida.

Podemos y debemos conjugar las dos maneras, en la calle, viendo la plasticidad de las imágenes que nos deben llevar a la oración; que tenemos que compartir en las celebraciones comunitarias, porque es en ellas, donde vivimos, lo que vemos en las procesiones,

Meditemos, con amor, en esta Semana Santa, los sagrados misterios de la Pasión del Señor,las palabras que Él mismo pronunció durante su agonía, las que dice mientras está siendo crucificado.

Y como ha dicho hoy, Domingo de Ramos, S.S. Francisco respecto a la cruz, el Papa nos recordó que la entrada triunfal en Jerusalén era un preludio del camino de la Cruz, e invitó a todos a: «vencer el mal que hay en nosotros y en el mundo». También nos exhorto: «no tener miedo al sacrificio. Pensad en una mamá o un papá: ¡cuántos sacrificios! Pero, ¿por qué lo hacen? Por amor. Y ¿cómo los afrontan? Con alegría, porque son por las personas que aman. La cruz de Cristo, abrazada con amor, no conduce a la tristeza, sino a la alegría».

Al ver a Cristo en la cruz, sintamos el amor que nos tiene, que sufre así por nosotros. Dispongámonos a seguirle, a amar como Él  nos ama.

domingo, 1 de abril de 2012

UNA SANTA SEMANA SANTA


Queridas Familias:

 Al iniciar la semana, la más importante para nosotros, me permito ofreceos esta breve meditación, para que ella nos ayude a vivir intensamente, los misterios de nuestra salvación.
 Que vivais una santa y feliz semana.
 Paco, dc.

 Iniciamos la Semana Santa, la empezamos, recordando la llegada a Jerusalén del Señor. Se acercan los días santos de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.  En estos días santos, volvamos nuestros ojos, nuestros pensamientos, palabras y acciones, a Él. Ojalá, nuestra oración y meditación, de los sagrados misterios,  nos ayuden a descubrir y sentir, de forma viva, la fuerza del Amor de Dios,  para afrontar los caminos de nuestra vida, como cuando Jesús descubre por dónde van los proyectos de Dios-Padre y los asume con todas sus consecuencias, más con una fuerza que, posiblemente, nos supera, pero que nos llama a compartir junto a Él.                                                                       
En estos días santos miremos al Corazón traspasado de Cristo en la cruz. Es un corazón lleno de amor, que nos sigue interpelando desde los crucificados de nuestros días, desde los rostros de tanto sufriente.Si Dios ha muerto identificado con las víctimas, su crucifixión se convierte en un desafío  para nosotros, los seguidores de Jesús. No podemos separar a Dios del sufrimiento de los inocentes. No podemos adorar al Crucificado y vivir de espaldas a la angustia de tantos seres humanos demolidos por el hambre, la guerra o la miseria.                
En el amor del Crucificado está Dios mismo, identificado con todos los que sufren y gritando contra las injusticias, y abusos de todos los tiempos.                                                                                                
  Para creer en este Dios, no basta ser piadoso, es necesario tener amor. Hay que hacer nuestras, sus palabras, identificarnos con su mensaje de liberar al que sufre, de ser su instrumento de salvación.           
 Para adorar el misterio de un Dios crucificado, no basta con celebrar la Semana Santa; es necesario, además, mirar la vida desde aquel que padece, víctima de tanta injusticia y desigualad, e identificarnos con ellos, que es, identificarnos con el amor de quien dio la vida por presentar el mensaje liberador del Padre.             
 Jesús, muriendo en la cruz, hace presente a un Dios sin ningún poder externo, pero lleno de amor, que es la fuerza suprema, que puede cambiar al mundo. En ese amor reside la verdadera salvación. Es el ‘poder’ de Dios, hay descubrimos a Jesús, cuando es capaz de amar hasta entregar la vida: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”, nos dice san Juan.                                                                                                                                                                           
 Iniciamos, esta Santa Semana, celebrando el  domingo de Ramos, recordando su entrada en Jerusalén, aclamamos también a Jesús y lo reconocemos como nuestro único Señor. Pero  hagámoslo conscientes de que el camino del Señor es el camino de la cruz, de que su camino, ha de ser nuestro camino. Y pidámosle, humildemente, que nos ayude a recorrerlo.  
En esta Semana Santa, volvamos nuestra mirada al Corazón traspasado de Cristo, este nos ayuda a entender el sentido de nuestra vida, que está hecha para amar.