Hoy domingo es un día de fiesta al celebrarse la IV Jornada Diocesana del Diaconado Permanente.
Como es sabido el Consiliario Diocesano del Movimiento Familiar Cristiano de León, Francisco Viñuela Antolín es el único Diácono Permanente de la Diócesis de León, afortunadamente por poco tiempo ya que en actualidad la Diócesis de León tiene en marcha un Plan diocesano de Formación del Diaconado Permanente al que ya se han incorporado cuatro candidatos que próximamente alcanzarán su ordenación.
El objetivo de esta jornada es dar a conocer la figura del diácono permanente como un grado propio del Ministerio ordenado que configura a quien lo recibe como servidor de la comunidad cristiana, habilitado para llevar adelante tareas pastorales que el obispo le encomiende, en comunión con él y con los presbíteros y consagrados, y en estrecha conexión con los seglares comprometidos en la Iglesia.
La vocación al diaconado permanente permite a cristianos varones, solteros a partir de los 25 años, o casados a partir de los 35 años y con cinco años de matrimonio que sientan la llamada de Dios, iniciar un periodo de discernimiento tras la presentación como candidato por parte de su párroco al obispo.
Superado favorablemente este tiempo de reflexión el candidato al diaconado podrá ser admitido a los ministerios e iniciará un tiempo de formación en estudios superiores eclesiásticos de tres cursos, que concluirá con un periodo de práctica pastoral antes de culminar con la ordenación diaconal.
Misión del diácono
El diácono ordenado asume las misiones que la Iglesia le encomienda. Así, al servicio de la Palabra de Dios anima la catequesis; promueve y sostiene actividades apostólicas con laicos, particularmente en el ámbito familiar; y preside la celebración de la Palabra. Al servicio de la Eucaristía y de los sacramentos el diácono asiste, durante las celebraciones litúrgicas, al obispo y al presbítero; preside las celebraciones del bautismo, matrimonio, exequias, Liturgia de las Horas, exposición eucarística…; distribuye la Eucaristía, en la misa o fuera de ella, y lleva la comunión a los enfermos y el viático a los moribundos. Y al servicio de la caridad y de la comunidad eclesial el diácono anima el servicio caritativo, preocupándose por los más pobres y marginados; atiende la pastoral de enfermos, ancianos y todo tipo de obras asistenciales; y sirve a la comunión junto al Obispo, a los presbíteros y a los laicos y consagrados.
Plan diocesano
Según el obispo Julián López, en la Diócesis de León es preciso “contar con más diáconos permanentes sobre todo porque debemos responder a los designios del Señor que suscita vocaciones y disponibilidad para muchas otras tareas pastorales que deben ser ejercidas de manera estable y con lo que significa la experiencia de los seglares en aspectos como el matrimonio, la familia, o el trabajo profesional”.
Ante la celebración de esta IV Jornada diocesana del Diaconado Permanente, la Diocesis de León ha querido hacer especial hincapié en la especificidad de este grado propio del Ministerio ordenado para “hacer más visible la dimensión caritativa y social de la Iglesia, es decir, entrañar la servicialidad de la Comunidad hacia los más pobres”.
¡¡Felicidades Paco!!
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