domingo, 29 de abril de 2012
miércoles, 11 de abril de 2012
SOLIDARIDAD Y APOYO AL OBISPO DE ALCALÁ DE HENARES
La Comisión Permanente del Foro de Laicos de España aprobó este martes enviar una comunicación de solidaridad al obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, en relación a la persecución que se ha producido en su contra con motivo de la homilía del Viernes Santo en la que expuso la doctrina católica sobre el pecado, el aborto y la homosexualidad, entre otros temas.
Reproducimos el texto completo de la comunicación:
Estimado Don Juan Antonio:
La Comisión Permanente del Foro de Laicos de España, ante las declaraciones de diversos sectores en contra de su persona, por su Homilía del Viernes Santo pasado, pronunciada en la Catedral Complutense,
Reproducimos el texto completo de la comunicación:
Estimado Don Juan Antonio:
La Comisión Permanente del Foro de Laicos de España, ante las declaraciones de diversos sectores en contra de su persona, por su Homilía del Viernes Santo pasado, pronunciada en la Catedral Complutense,
Para ver el vídeo de la homilía http://es.gloria.tv/?media=277004
desea hacerle llegar nuestra palabra de solidaridad y de apoyo en estos momentos en los cuales la persona de V. Excia. es atacada por el solo hecho de haber recordado la doctrina de la Iglesia en ciertas materias.
Basta tener un poco de buena fe y escuchar integramente su homilía para darse cuenta, querido D. Juan Antonio, que sus palabras han sido sacadas de contexto y desvirtuadas.
La Exhortación Apostólica Post-sinodal “Pastoris Gregis” del Beato Juan Pablo II recuerda bien que : “A imagen de Jesucristo y siguiendo sus huellas, el Obispo sale también a anunciarlo al mundo como Salvador del hombre, de todos los hombres. Como misionero del Evangelio, actúa en nombre de la Iglesia, experta en humanidad y cercana a los hombres de nuestro tiempo. Por eso, afianzado en el radicalismo evangélico, tiene además el deber de desenmascarar las falsas antropologías, rescatar los valores despreciados por los procesos ideológicos y discernir la verdad. Sabe que puede repetir con el Apóstol: « Si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, principalmente de los creyenntes » (1 Tm 4, 10)".
Ud. ha obrado en consecuencia.
Reciba junto a nuestra cercanía, nuestro cordial saludo y la seguridad de nuestras oraciones por Ud. y la querida diócesis complutense, mientras que pedimos su Bendición episcopal.
Atentamente:
La Comisión Permanente del Foro de Laicos de España
Basta tener un poco de buena fe y escuchar integramente su homilía para darse cuenta, querido D. Juan Antonio, que sus palabras han sido sacadas de contexto y desvirtuadas.
La Exhortación Apostólica Post-sinodal “Pastoris Gregis” del Beato Juan Pablo II recuerda bien que : “A imagen de Jesucristo y siguiendo sus huellas, el Obispo sale también a anunciarlo al mundo como Salvador del hombre, de todos los hombres. Como misionero del Evangelio, actúa en nombre de la Iglesia, experta en humanidad y cercana a los hombres de nuestro tiempo. Por eso, afianzado en el radicalismo evangélico, tiene además el deber de desenmascarar las falsas antropologías, rescatar los valores despreciados por los procesos ideológicos y discernir la verdad. Sabe que puede repetir con el Apóstol: « Si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, principalmente de los creyenntes » (1 Tm 4, 10)".
Ud. ha obrado en consecuencia.
Reciba junto a nuestra cercanía, nuestro cordial saludo y la seguridad de nuestras oraciones por Ud. y la querida diócesis complutense, mientras que pedimos su Bendición episcopal.
Atentamente:
La Comisión Permanente del Foro de Laicos de España
domingo, 8 de abril de 2012
Queridas familias:
¡No busquéis entre los muertos al que está vivo!
Jesucristo, un día como hoy de hace unos dos mil años, resucitó de entre los muertos. Al hacerse hombre, Dios elevó nuestra dignidad hasta el infinito y, al resucitar, nos redimió y nos liberó del pecado y de la muerte y nos abrió las puertas del Cielo.
Gracias a que Jesucristo verdaderamente resucitó, hoy sabemos que los sufrimientos, que la cruz, que la muerte no es el final. La cruz no es más que el camino que hay que recorrer para alcanzar la gloria de la Resurrección.
Que el Señor resucitado nos acompañe hasta el final de nuestras vidas.
Que Jesús resucitado siga presente en nuestras familias y en nuestras vidas.
Un abrazo en Cristo resucitado
¡Aleluya!¡Aleluya!
¡No busquéis entre los muertos al que está vivo!
Jesucristo, un día como hoy de hace unos dos mil años, resucitó de entre los muertos. Al hacerse hombre, Dios elevó nuestra dignidad hasta el infinito y, al resucitar, nos redimió y nos liberó del pecado y de la muerte y nos abrió las puertas del Cielo.
Gracias a que Jesucristo verdaderamente resucitó, hoy sabemos que los sufrimientos, que la cruz, que la muerte no es el final. La cruz no es más que el camino que hay que recorrer para alcanzar la gloria de la Resurrección.
Que el Señor resucitado nos acompañe hasta el final de nuestras vidas.
Que Jesús resucitado siga presente en nuestras familias y en nuestras vidas.
Un abrazo en Cristo resucitado
¡Aleluya!¡Aleluya!
CRISTO HA RESUCITADO ¡ALELUYA!
FELIZ PASCUA FLORIDA
Paco, dc.
“Cristo, ha resucitado, como lo había anunciado” (Mt. 28, 6)

Aquella fe de los primeros discípulos en la resurrección de Jesús se apoyaba, en última instancia, en el ‘encuentro personal’ con Él después de la muerte. Nosotros, que por la gracia de Dios, le hemos encontrado, no podemos quedarnos como si nada ha pasado; como nos dirá san Pablo, hemos de: “buscar las cosas de arriba” y, no permanecer, solo, en las terrenas. Por tanto tomemos conciencia de que nuestra vida recibe todo su valor de la unión con Cristo, muerto y resucitado, en el amor.

Quien descubre al Resucitado, comienza a amar la vida de una manera diferente.


domingo, 1 de abril de 2012
UNA SANTA SEMANA SANTA
Queridas Familias:
Al iniciar la semana, la más importante para nosotros, me permito ofreceos esta breve meditación, para que ella nos ayude a vivir intensamente, los misterios de nuestra salvación.
Que vivais una santa y feliz semana.
Paco, dc.
Iniciamos la Semana Santa, la empezamos, recordando la llegada a Jerusalén del Señor. Se acercan los días santos de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. En estos días santos, volvamos nuestros ojos, nuestros pensamientos, palabras y acciones, a Él. Ojalá, nuestra oración y meditación, de los sagrados misterios, nos ayuden a descubrir y sentir, de forma viva, la fuerza del Amor de Dios, para afrontar los caminos de nuestra vida, como cuando Jesús descubre por dónde van los proyectos de Dios-Padre y los asume con todas sus consecuencias, más con una fuerza que, posiblemente, nos supera, pero que nos llama a compartir junto a Él.
En estos días santos miremos al Corazón traspasado de Cristo en la cruz. Es un corazón lleno de amor, que nos sigue interpelando desde los crucificados de nuestros días, desde los rostros de tanto sufriente.Si Dios ha muerto identificado con las víctimas, su crucifixión se convierte en un desafío para nosotros, los seguidores de Jesús. No podemos separar a Dios del sufrimiento de los inocentes. No podemos adorar al Crucificado y vivir de espaldas a la angustia de tantos seres humanos demolidos por el hambre, la guerra o la miseria.
En el amor del Crucificado está Dios mismo, identificado con todos los que sufren y gritando contra las injusticias, y abusos de todos los tiempos.
Para creer en este Dios, no basta ser piadoso, es necesario tener amor. Hay que hacer nuestras, sus palabras, identificarnos con su mensaje de liberar al que sufre, de ser su instrumento de salvación.
Para adorar el misterio de un Dios crucificado, no basta con celebrar la Semana Santa; es necesario, además, mirar la vida desde aquel que padece, víctima de tanta injusticia y desigualad, e identificarnos con ellos, que es, identificarnos con el amor de quien dio la vida por presentar el mensaje liberador del Padre.
Jesús, muriendo en la cruz, hace presente a un Dios sin ningún poder externo, pero lleno de amor, que es la fuerza suprema, que puede cambiar al mundo. En ese amor reside la verdadera salvación. Es el ‘poder’ de Dios, hay descubrimos a Jesús, cuando es capaz de amar hasta entregar la vida: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”, nos dice san Juan.
Iniciamos, esta Santa Semana, celebrando el domingo de Ramos, recordando su entrada en Jerusalén, aclamamos también a Jesús y lo reconocemos como nuestro único Señor. Pero hagámoslo conscientes de que el camino del Señor es el camino de la cruz, de que su camino, ha de ser nuestro camino. Y pidámosle, humildemente, que nos ayude a recorrerlo.
En esta Semana Santa, volvamos nuestra mirada al Corazón traspasado de Cristo, este nos ayuda a entender el sentido de nuestra vida, que está hecha para amar.
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